Un alojamiento web es una empresa que alquila espacio de almacenamiento en un servidor que está constantemente en línea. Esto implica que se puede acceder a su sitio web en cualquier momento y desde cualquier lugar del mundo.
Los servidores son grandes ordenadores que guardan toda la información y los archivos de su sitio web (fotos, textos, códigos, etc.) en un sistema al que llamamos «base de datos». Y es gracias a este servicio de alojamiento que su sitio web estará disponible 24/7.
Además, la empresa de alojamiento web también gestiona, asegura y hace copias de seguridad de sus servidores.
¿Quieres prescindir de un hosting y hacerlo tú mismo? Es posible, aunque difícil, alojar tu propio sitio web. Eso sí, tienes que ser un poco manitas. Lo mínimo e indispensable para conservar tus datos será tener un servidor (espacio de almacenamiento) que esté siempre conectado a Internet y luego saber darle soporte o configurarlo.
Otra cuestión a tener en cuenta es que cada empresa de alojamiento te ofrece “diferentes packs” según las características y rendimiento del servidor. Es importante tenerlas en cuenta a la hora de contratar tu hosting dependiendo del objetivo que tengas con tu página web.
Por eso, nuestra recomendación, es siempre contratar un hosting de gran rendimiento y soporte efectivo, para resolver cualquier inconveniente que surja.
Tipos de alojamientos web que existen
Como comentamos anteriormente, no hay que escoger el hosting así como así. Por ejemplo, si desarrollaste una tienda online en un CMS como WordPress y para las épocas de las navidades cuentas con un pico de tráfico, debes optar por un alojamiento wordpress capaz de soportar la demanda para no perder ningún cliente potencial.
Dicho esto, existen cuatro tipos básicos de alojamiento web. Saber cuál encaja mejor con tu proyecto dependerá del mismo:
- Servidor Compartido
- VPS
- Dedicado
- Servidor en la nube
¿Qué es un servidor compartido?
En esta opción de alojamiento web, compartirás un servidor con muchos otros sitios webs. Esto hace que sea la opción más económica. Aun así, aunque el hosting sea compartido, existen opciones de configuración de espacio, velocidad, etc.
Un hosting compartido es la mejor opción si el consumo de recursos y la velocidad no es fundamental para ti, pero sí lo es el precio.
¿Necesito un VPS?
Un VPS son las siglas en inglés de “Virtual Private Server”. Es un tipo de servidor compartido, pero con un máximo de usuarios (normalmente un máximo de 20 sitios webs).
Los recursos de este alojamiento serán fijos y asignados a tu web. Esto es bastante práctico ya que te permite hacer un uso más conveniente según tus requisitos. En otras palabras, digamos que puedes armar tu hosting a medida según lo que vaya a consumir tu página web. Esto explica porque hay tanta variedad de precio (¡y son mucho más caros!)
Servidor dedicado
Tal como lo dice su nombre, un servidor dedicado es aquel que está hecho para un solo sitio web. No eres el propietario del servidor, pero sí el que lo administra. Es la mejor opción de servidor si tienes más de 100k visitantes mensuales.
Otra ventaja de este tipo de servidor es el alto nivel de protección de datos que tienen. Según la empresa proveedora de alojamiento, puedes optar por tener un “servidor dedicado gestionado”. Esto quiere decir que podrás delegar la parte técnica de la gestión del servidor en un profesional hosting.
La gran desventaja es el precio de contratar este tipo de servicio.
Servidor en la nube
Por último, el servidor en la nube funciona de forma similar a un VPS: tu web usará los recursos compartidos conectados a la misma red. Esta es la mejor opción de cara a la seguridad de una página web.
Nuestro consejo sobre los alojamientos webs
Tienes que saber que el 98% de los servicios de alojamiento son de pago. Cuando no lo son es porque de alguna forma, a posterior, querrán que te apuntes en otro servicio adyacente que sí sea de pago.
Decidir qué alojamiento es mejor para tu proyecto dependerá de tus objetivos y conocimientos. Si recién estás empezando con un blog, te recomendamos porque optes la opción más económica para vivir la experiencia. Luego siempre tienes tiempo a mejorar.
¡Nos vemos la próxima!